La Nostalgia del Pasado

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viernes, 3 de noviembre de 2017

LA JUDEOFOBIA ESPAÑOLA Gustavo D. Perednik



Perednik acaba de publicar en inglés una extensa investigación sobre la judeofobia española, en la edición de otoño del Jewish Political Studies Review (Jerusalén, 15:3-4). En este artículo se sintetizan algunas de sus ideas acerca de esta patología social que, más de medio milenio después de la expulsión de los judíos de España, sigue carcomiendo el raciocinio de una buena parte de los españoles. Especialmente se destacan los medios de prensa de la península

Miguel Angel Moratinos publicó en junio de este año una exhortación para que Israel «despierte» y favorezca el surgimiento de un Estado árabe-palestino, el primero de la historia. Que los esfuerzos diplomáticos de Israel estuvieron y están encaminados en esa dirección, y que toda propuesta israelí para concretarlos fue respondida con un baño de sangre, pues parece escapársele al despierto exhortador.

Me pregunto si, en vistas del virulento recrudecimiento de la judeofobia europea, no debería escribirse un corolario a la moratinada, titulado Despierta Europa, por lo menos para sacudir a la mayoría de ellos que, según las encuestas del Eurobarómetro de noviembre pasado, opinan que el principal país que amenaza la paz mundial es Israel.

No las autocracias belicistas árabes que mantienen a sus pueblos en la miseria culpando siempre al exterior, ni algunas dictaduras corruptas del África, ni Irán fundamentalista, Libia asesina, Arabia misógina, Siria que ocupa el Líbano entero, Sudán genocida. Europa siente que Israel la amenaza, y Moratinos nos pide a los israelíes que nos despertemos y descubramos las causas de sentimientos tan sagaces.

Algunos genios europeos han dado un paso adicional y procedieron a explicar por qué Israel es el problema. Mikis Theodorakis acaba de declarar públicamente que «los judíos, carentes de historia, arrogantes y agresivos, son la raíz del mal». Goebbels perpetraba similares invitaciones al genocidio, pero por lo menos no se trataba de un admirado compositor. Mientras Europa odia a Israel y alienta a sus destructores, lo acusa simultáneamente de nazi. Así hablaron Gaspar Llamazares y José Saramago, quienes agregaron que no cabe conmiserarse ni siquiera por los sufrimientos que los judíos han sufrido en el pasado. Ni que hablar de los que sufren hoy.

Niños israelíes pueden volar en pedazos en pizzerías y fiestas de cumpleaños, pero para la mayor parte de los europeos la agresión radicará en «el muro» que Israel construye para impedir la infiltración de terroristas (dicho sea de paso, no hay muro alguno. Es una valla reversible parecida a la que España ha construido para evitar la infiltración de magrebíes en Melilla, y eso que Marruecos nunca se ha propuesto destruir España).

En un estudio sobre las actitudes judeofóbicas en varios países europeos que fue dada a conocer a fin de 2002, España resultó ser el peor, tanto entre los cinco países estudiados como entre otros cinco considerados dos meses antes. En la encuesta española, el 21% de los entrevistados resultaron judeófobos.

Se me ocurre que ingentes esfuerzos deberían invertirse en despertar a España de la pesadilla judeofóbica que la enferma; antes de que una buena parte de Europa, fría, hipócrita y suicida, sea capaz de perpetrar un pequeño Holocausto más, al mismo tiempo que le reproche a Israel ser nazi y asesino. Así operó el nazismo: mientras destruía al pueblo judío, explicaba su genocidio como un acto de autodefensa frente a las maquinaciones del «lobby judío».

El caso español

Imaginemos a un inquisidor del siglo XVI. Aun si se hubiera horrorizado de las matanzas de judíos en 1391, no habría sido capaz de notar que él mismo encarnaba la continuación de aquella cruzada judeofóbica. «¿Cómo puede usted comparar?» espetaría. «Ferrant Martínez masacró inocentes arbitrariamente. Nuestra Inquisición, por el contrario, tiene el noble objeto de proteger la unidad religiosa, y además otorga a las víctimas la opción de la fe antes de la hoguera.»

Del mismo modo, quien durante el siglo XIX se enterara con estupor de las torturas inquisitoriales, no admitiría que ese odio tuviera relación con la discriminación e injurias que durante su propia época padecían los descendientes de judíos: «¿Cómo se puede equiparar la brutalidad medieval –exclamaría– con la autodefensa de la sociedad española actual frente a las perniciosas influencias judaicas?»

La judeofobia es singular. No sólo porque se trata del odio más antiguo, universal, profundo, persistente, obsesivo, quimérico y eficaz que haya existido, sino porque quien lo padece, raramente lo asume conscientemente. Aunque Lope de Vega, Quevedo, o Bécquer, hubieran expresado reservas frente a los horrendos mitos del pasado que habían provocado el derramamiento de torrentes de sangre judía, los mitos pretéritos no los habrían disuadido de difamar ellos mismos a sus contemporáneos de origen israelita. Para el ilustre trío, los judíos dominan todo, corrompen todo.

Pareciera que la compasión por las víctimas judías, es válida siempre y cuando los agredidos ya hayan muerto en el remoto ayer. Empero, la sensibilidad para con el dolor tiende a desvanecerse cuando uno debe hurgar en la judeofobia que pervive en su propia sociedad.

De entre los españoles de hoy también, pocos proclamarían abiertamente odiarnos, pero la mayoría de ellos guarda, aún en el más cálido de los corazones, un gélido rincón para «el judío de los países». Una encuesta de Gallup, encontró que sólo el 4% de los españoles sienten empatía con Israel con respecto al conflicto en Medio Oriente.

Que Israel es el Estado más cuestionado del mundo no parece sorprenderlos. Que sufrió las dos terceras partes de las condenas de la Asamblea de las Naciones Unidas, no los hace parpadear, aun después de enterarse de que ese organismo, hasta 1991 jamás había condenado a ningún régimen árabe, pese a sus violaciones reiteradas a los derechos humanos.

No los conmueve que Israel es el único país del mundo que tiene vedado el acceso al Consejo de Seguridad, y que, a pesar de ser la única democracia del Medio Oriente, se descarguen sobre él los dardos acusadores de los medios de difusión. Que es el único país del mundo al que se zahiere con epítetos como «nazi», «cáncer de Medio Oriente», proferidos aun por intelectuales y grandes escritores. Que a los medios de difusión europeos los tiene obsesionados el pujante Estado cuya creación fue precisamente una necesidad para salvar millones de vidas de las garras de Europa. Ninguna prueba es suficiente. No despierta su admiración el reverdecer del desierto, ni el renacimiento del hebreo, ni la más alta tecnología. Al contrario: son logros con los que incrementan su arsenal de desprecio contra «la explotación judía». Y si Israel ha compartido sus logros en agricultura ayudando como ningún otro país a los africanos, pues es parte de su soberbia. Si siempre estuvo dispuesta a transacciones territoriales en aras de la paz, pues es mentirosa.

A Israel no hay que dejarlo ni hablar. No era suficiente con que tenga vedado el acceso a la mayor parte de los medios españoles. La Universidad Carlos III acaba de cancelar unilateralmente una presentación del embajador de Israel en España argumentando que recibió amenazas de violencia. Debemos suponer que también «los judíos» son los culpables de esas amenazas y así ¡una universidad! opta por someterse a los violentos, y silencia de plano a una de las partes de un conflicto. La verdad tiene en España una sola cara.

«¿Cómo puede usted comparar?» nos preguntarían enojados las marujatorres y los javieresnart. «¿Qué tienen que ver los excesos de la intolerancia en el pasado con las críticas al Estado sionista, dirigidas contra la ocupación?» Será quijotesco procurar que piensen en que el terrorismo palestino mataba niños judíos antes de la ocupación. Que se den cuenta de que Israel les ofreció en el año 2000 concluir la ocupación, y el jefe palestino rechazó la oferta sin contraproponer nada, y lanzó a su desdichado pueblo a un baño de sangre que lleva más de dos años. Será imposible sacudirlos de una judeofobia que les impide ver que la ocupación israelí no es la causa, sino la consecuencia de la agresión árabe.

El terrorismo árabe no nos mataba sólo antes de la ocupación. Mataba judíos décadas antes de que el Estado de Israel siquiera hubiera nacido. Un dato que entorpece la estrecha visión del judeófobo contemporáneo sería, por ejemplo, que terroristas árabes destruyeron la comunidad judía de Hebrón el 24 de agosto de 1929, décadas antes de «la ocupación». Asesinaron a decenas de judíos, hombres, mujeres y niños, sólo por ser judíos, exactamente igual que los pogromos que venían diezmando por medio siglo las comunidades israelitas de Europa Oriental. Una miniatura del Holocausto que comenzaría diez años después. ¿Por qué no habríamos de cotejar odio con odio, si compartían el mismo blanco, la misma saña, y la misma condonación generalizada?

No atenderán ningún argumento, porque la judeofobia de hoy, como la del pasado, padece de inconciencia. No admite reclamos. Se limita a atacar. Europa castiga a Israel cuando se atreve a defenderse, y se limita a condenar la judeofobia... pretérita.

Los medios de difusión españoles (salvo algunas honrosas excepciones) siguen el modelo enfermizo de El País, que consiste en demonizar a Israel, presentándolo como una intolerante teocracia financiada por un poder oculto internacional. El resultado es esperable: el lector medio no habrá de contentarse con ninguna «solución» al conflicto que en la práctica no implique la destrucción del único Estado judío del mundo. Un estado imperial cuyo territorio cabe más de veinte veces en España y más de quinientas veces en los territorios árabes, ricos en petróleo y en analfabetismo impuesto por jeques y reyezuelos.

Pero las voces ofensivas de su vocabulario, los españoles las tienen reservadas para los judíos. «Judiada» y «sinagoga» siguen siendo recogidos en España como insultos. Los antisionistas de hoy han extendido la nómina infame agregándole «Israel», y la voz «lobby judío», que en España se utiliza con una frecuencia escalofriante. Se atribuye al «lobby judío» todo tipo de maquinaciones, ¡en un país donde los judíos son el 0,05% de la población!). Marisa Paredes llegó a culpar a ese «lobby» que la película «El pianista» ganara un Oscar.

Sólo en los medios de España, Jenin fue un Holocausto. Sólo en España aún se reverencia la memoria de niños supuestamente torturados y martirizados por diabólicos judíos (un par de ejemplos son la catedral de La Seo en Zaragoza, y la de San Nicolás en Sevilla, en la que el obispo Carlos Amigo Vallejo difunde el libelo de sangre). Sólo en España «matar judíos» puede ser considerado un juego de niños.

Ni derecho a la existencia

Un artículo de Crónica esgrimió que los judíos están encaramados en la élite política española y que aún de la cárcel pueden liberarse gracias a sus conexiones en la banca, en la industria y en las tenebrosas bambalinas desde las que controlan todo. Cuando un atrevido lector osó cuestionar la calumnia, el editor Agustín Pery Riera publicó una respuesta que debería incluirse en una antología del atolondramiento más pérfido: «si alguien descubriera que la mitad de los hombres de negocios españoles son gaditanos, y yo pidiera un artículo al respecto, nadie me acusaría de querer destruirlos a todos» (13/11/02). El profundo pensador da aquí por sobreentendido dos taras de la judeofobia española: los judíos lo dominan todo, y la única forma posible de la judeofobia es «matarlos a todos». Si sólo se trata de insultarlos a todos, pues eso no es judeofobia. Es ciencia pura, políticamente correcta.

Cuando a principios de marzo de este año fui invitado a dar una conferencia a la universidad Rovira i Virgili de Tarragona, una avanzada estudiante me interrumpió con ingenuidad: «Me lo han explicado cien veces y no logro entenderlo: ¿qué derecho tiene Israel a existir?» Me permito detenerme en su pregunta porque intuyo que íntimamente se la formulan muchos españoles.

Si la audiencia tarraconense no hubiera sido hostil, habría optado por regalarle a mi interlocutora su centésimoprimera explicación, aunque convencido de que tampoco cien adicionales la habrían hecho entender, porque la judeofobia tiende a oscurecer el raciocinio.

Opté por no justificar mi existencia y le reboté su pregunta: «Estimada Eva, ¿sabe usted cuántos Estados hay en el mundo?» Como me replicó intrigada que lo ignoraba, me apresuré a aclararle: «Hay 192. Yo felicito a 191, porque han aprobado su concienzudo examen de derecho a la existencia. Hay un solo Estado, mucho más pequeño que Cataluña y agredido por los regímenes más atroces, al que usted ha reprobado en su minuciosa inspección. ¿No le despierta sospechas?» En mi experiencia, este método de retribuir un cuestionamiento con otro, coadyuva a quebrar el prejuicio.

Si hubiera optado por esclarecerla sobre nuestro derecho a existir, me habría bastado echar mano del judío más famoso del mundo. Jesús de Nazaret fue un hebreo en su tierra, un judío en Judea. Se regía por el mismo calendario de los israelíes de hoy, usaba su alfabeto y celebraba sus festividades, practicaba su religión y estudiaba el mismo libro. Asumía su historia y contemplaba la misma geografía. Jamás escuchó la palabra «Palestina» ni vio mezquita alguna. Al igual que David, que los macabeos, los escribas, los profetas, los salmistas, los reyes de Judea y los herederos de su tierra por milenios. Los que retornaron a su tierra siglo tras siglo, cuando en el mundo no había documento alguno que atestiguara la existencia de otro pueblo palestino más que el pueblo judío en Sión.

Adivine el lector: ¿con qué pueblo actual se habría identificado Jesús: con los griegos, los palestinos, o los israelíes? Quien pueda responder con honestidad una pregunta tan simple como esa, comprenderá nuestro derecho a una tierra en la que nos hemos forjado como nación, de la que nos alejaron por la fuerza, y a la que jamás renunciamos. Entiéndase eso, y la judeofobia contemporánea comenzará a disiparse.

Pero tampoco para los medios de difusión españoles bastarán cien explicaciones. Optan por las macabras caricaturas de Reboredo y de Ferreres acerca del sionismo y de Israel, como los europeos de antaño baldonaban al judío y su religión. Creo que a un diario local le sería suficiente publicar un titular bisilábico que se limitara a decir «Sharón», para que el lector medio reaccionara indignado por el despliegue de fanatismo y agresividad que le provocan las asociaciones de su imaginario.

Todos los Estados modernos nacieron gracias a movimientos nacionales, pero solamente el sionismo es bastardo a los ojos españoles. Es el único movimiento nacional al que se le atribuyen intentos de dominio mundial, como antaño a los judíos.

El terrorismo judeofóbico es invisible para los lentes europeos. Para los judíos no, porque lo pagamos con sangre. Por ello Israel continuará defendiéndose de una agresión que no admite alternativas: no se confronta a una u otra política, sino, como la estudiante Eva, cuestiona nuestra misma existencia. Israel no aparece en los mapas árabes cualesquiera, y la mayoría de los Estados árabes, después de medio siglo, aún no lo reconocen.

Ninguno de esos datos logra penetrar la muralla autista de los medios españoles. Someten al sionismo a una metamorfosis similar a la que la Europa de antaño sometía al judaísmo, «la religión vengativa y sanguinaria».

«¡Cómo puede usted comparar!» los oigo irritarse a los antoniogalas. Pues les respondo: lo hago, porque se trata del mismo objeto de desprecio, de la misma soberbia que elige sólo a uno para no perdonarle nada y deja a los demás indemnes de sus implacables dictámenes. Comparo porque es el mismo empecinamiento en descalificar al judío y sólo al judío. Comparo porque es la misma judeofobia letal, colérica e ingenua.

En esta campaña de demonización de Israel, el método más tentador para los medios es emplear voceros judíos, quienes por su origen permitan simular buena predisposición. Entrevístese a Chomsky, Shahak y Avneri, y Arafat querrá contratarlos para su ministerio de propaganda.

Con el ardid de hacer hablar a periodistas locales con apellidos judíos, o a israelíes que odian Israel, la ponzoña de la prensa se asume insospechable de judeofobia. Individuos que no representan a nadie entre los judíos, ocuparán páginas enteras de El País. El implícito argumento es de una lógica impecable: si nada menos que judíos critican a Israel, qué podría esperarse del resto de pobres nosotros. El lector inteligente sabrá cómo evitar caer en la trampa. Se espera de un diario, más que pluralidad de etnias y religiones, pluralidad de ideas. Una policromía que en general brilla por su ausencia cuando se debate sobre el Medio Oriente.

Porque sobre Israel, las conclusiones que se esperan del lector español son monocordes y maniqueas; la culpa la tiene Israel. Siempre el judío. Así fue el título del artículo de Enrique Curiel (La Razón de Madrid, 20/4/03): «El nombre del problema es Israel.» En una combinación de estulticia y paranoia que sólo la judeofobia puede engendrar, se explica allí que la culpa de la guerra en Irak la tienen los judíos, y que la Intifada árabe fue el resultado de una conspiración entre Bush, Ehud Barak y Ariel Sharón. Los pobres terroristas árabes (perdón, quise decir «activistas») son dominados por el poder judío internacional.

Escribo estas líneas para El Catoblepas, del círculo de Gustavo Bueno, que es en alguna medida una ráfaga de aire puro en una España contaminada de judeofobia suicida. Desde estas páginas sí puede hacerse un humilde llamamiento para que España tome una iniciativa educacional que la despierte de su obsesión para descalificar a un solo país, el judío.

Cuando el español medio tome conciencia de esa obsesión, podrá sacar una de dos conclusiones: o Israel es en efecto la obra más satánica de la historia humana, o bien la saña de la que el Estado judío es objeto, es la heredera directa de la que castigó al pueblo hebreo por milenios.


En ambos casos habremos revelado la judeofobia subyacente. Desvincularla pues de la judeofobia pretérita, sería tan ingenuo como atribuir toda opinión sobre el conflicto al odio antijudío. 

EN EL OLIMPO Henryk Sienkiewicz



Es una noche de primavera, apacible, plateada, perfumada de jazmín, engarzada de líquidos diamantes.
La luna llena navega por el Olimpo, cuyas níveas cumbres brillan con tenues y melancólicos resplandores, ligeramente teñidos de esmeralda.
Allá, en las hondonadas del valle de Tempe, surgen en compactos y sombríos grupos las florestas levemente agitadas por los trinos de los ruiseñores y por el agudo clamor de súplicas y lamentos, de gritos y blasfemias, de suspiros y eróticas delicuescencias.
Y todas esas voces resuenan por los aires cual música de flautas y zampoñas, y suben, suben y se esparcen en la inmensidad de la noche, para luego caer sobre la tierra como gotas de tenue llovizna y fundirse después en un suavísimo susurrar de riachuelo.
Mas de pronto todo enmudece, y vuélvese entonces tan blanda la quietud, que nítidamente se percibe en las sacras laderas el tácito derretimiento de la nieve bajo las tibias caricias de los favonios de Mayo.
¡Oh, noche primaveral, noche llena de hechizos, noche divina!
Y he aquí que en el marco de esta noche sublime aparecen Pedro y Pablo sentados en la cima de un alto cerro, dispuestos a juzgar a los antiguos dioses. Brilla sobre sus cabezas resplandeciente aureola, que ilumina sus canosos cabellos, sus fruncidas cejas, sus severos y penetrantes ojos.
Y allá, en el lóbrego fondo de las hayas y las encinas, destacándose las albas túnicas de los caducos y desprestigiados dioses, que, congregados por el pavor, aguardan el supremo fallo.
Pedro hace una seña con la mano, e inmediatamente se separa del tropel la decrépita, pero aún arrogante y provocativa, figura de Júpiter, «el forjador de tempestades», que, hosco el semblante y fruncido el ceño, cual mármol esculpido por el cincel de Fidias, avanza hasta llegar ante el tribunal. Fulmina todavía en su poderosa diestra el pavonado lampo, enmohecido, casi apagado, y junto a él muévese renqueando, con el ala destrozada, el águila secular.
En presencia de los apóstoles todavía siente el antiguo señor, y crujen espantadas las hayas y las encinas, sele el pecho con el orgullo de su antigua omnipotencia. Y alza soberbio la frente y mira de arriba abajo al viejo pescador de Galilea con su divina, furiosa y despectiva mirada.
Y con muévese el Olimpo, todavía adicto a su antiguo señor, y crujen espantadas las hayas y las encinas, y enmudecen los ruiseñores, y la Luna, que surca el firmamento rozando las congeladas cumbres, palidece cual tela de aracné. Lanza el águila secular su postrimer chillido; deslízate el pavonado lampo de la diestra del Soberano y cae rodando a sus pies, y centelleando, retorciéndose y chirriando alza la triangular testa inflamada, cual sierpe dispuesta a atacar con la venenosa lengua.
Pero Pedro aplasta con un simple movimiento del pie los encendidos espirales de la víbora, y después de apagarlos y hundirlos en el polvo, exclama con potente voz, dirigiéndose al «forjador de tempestades»: -¡Maldito, condenado seas por los siglos de los siglos!
Instantáneamente, Júpiter palidece y, resoplando de congoja, murmura, con labios amoratados, la palabra «¡Ananke!» y desaparece tragado por la tierra.
Acto seguido compareció ante los jueces el dios Neptuno, el de negra y rizada melena, el de pupilas bañadas en tinieblas, con el tridente truncado y enmohecido.
Y díjole el Pescador: -Ya no embravecerás las aguas; ya no las calmarás; ya no conducirás al puerto de salvación las naves extraviadas y las expuestas al naufragio.
La Estrella del Mar vela por ellas.
Estremeciose Neptuno, y lanzando un lastimero aullido, cual si se sintiera el corazón traspasado por un inmenso dolor, desapareció para siempre envuelto en brumoso torbellino.
Entonces se adelantó el Numen del «Arco de Plata», llevando en la mano la historiada cítara, y se fue acercando a los Santos seguido de la lenta teoría de las nueve Musas, semejantes a blancas columnas. Y mientras éstas, inmovilizadas por el terror, sin aliento en la garganta, sin esperanza en el corazón, aguardaban la sentencia, el Radiante, vuelto hacia Pablo, empezó a hablar; pero tan dulcemente, que parecían sus palabras suavísima melodía.
-No me aniquiles, Señor, sino más bien defiéndeme, porque, después de muerto, deberías resucitarme. Soy la flor del alma humana; soy su embeleso y su esplendor; soy la nostalgia del Cielo. Muy bien sabes que, recortándole las alas, no podrá ya el Canto volar de la tierra a las alturas. Os lo suplico, pues, ¡oh, hombres sagrados!; no aniquilemos el Canto.
Reinó breve silencio. Pedro alzó los ojos hacia la bóveda estrellada, y Pablo puso las entrelazadas manos sobre la empuñadura de la espada y contra las manos apoyó la frente…, y se quedó meditabundo.
Luego irguiose, y con serena majestad trazó en la fúlgida cabeza del Numen la señal de la cruz y dijo: -¡Vive, oh Canto!
Y Apolo se sentó con su cítara a las plantas del Apóstol.
Entonces la noche se volvió más diáfana, los jazmines exhalaron más intensa fragancia, y los manantiales brotaron de las peñas con más ruidosas cascadas de armonías.
Y las musas, acercándose, cual manada de blancos cisnes, entonaron un canto suavísimo con sus voces aun turbadas por el terror, canto de miríficas palabras, hasta entonces nunca oídas en las alturas del Olimpo: Bajo tu protección nos cobijamos ¡oh, Santa Madre de Dios!
No rechaces nuestras súplicas; dígnate alejar eternamente de nosotros todo mal y toda adversidad, ¡oh, Señora Nuestra!
Así cantaban las nueve Musas en la ladera del sacro cerro: cantaban con los ojos alzados al cielo, con la unción y la mansuetud de las vírgenes de un claustro.
Otros dioses pasaron.
Pasó, entre otros, Baco, rodeado de su cortejo salvaje, impudente, coronado de pámpanos, blandiendo su cítara y su tirso; pasó aullando como un demente, ebrio, desesperado, y fue a precipitarse en el abismo sin fondo.
Luego después otro Numen se presentó ante los Apóstoles. Era una diosa altiva, ruda, irónica, que sin requerimiento empezó a hablar, teniendo a flor de labios una sonrisa de desdén: -Yo soy Pallas Atenea. No vengo a pediros vida, porque soy sólo ilusión. Ulises, en la vejez, me veneró. Telémaco, imberbe aún, prestó atención a mis palabras, ni a vosotros os será dado despojarme de la inmortalidad; pero tranquilizaos, porque nunca he sido otra cosa que sombra vana, ni otra cosa soy, ni otra cosa seré por los siglos de los siglos.
Cuando todos hubieron desfilado, compareció Ella, la hermosa entre todas las hermosas, la adorada.
Acercose al tribunal, suave, encantadora, desconsolada; latía fuerte el corazón dentro del níveo seno, como a un pajarillo y como a un niño temeroso del castigo; temblaban los labios.
Postrose a las plantas de los Apóstoles y, extendiendo los divinos brazos, púsose a implorar: -¡Es verdad, soy yo la pecadora! Erré, pequé, sucumbí; pero tener piedad de mí, oh, Señor. Perdonadme, perdonadme, porque soy la Felicidad, la única felicidad de los mortales!
Y no le fue posible proseguir: tantos y tan desgarradores eran los sollozos que estallaron de su pecho.
Mas Pedro la contempló solícito y conmovido, y púsole la justiciera mano sobre los áureos cabellos, mientras Pablo, arrancando un lirio silvestre que junto a él crecía, tocola con el cáliz y la dijo: -¡Sé, desde hoy, como esta flor, y vive, sí, vive, oh felicidad del hombre!
Empezaba a despuntar la aurora. Más allá de las crestas y de las simas aparecieron los primeros destellos del astro rey. Y al enmudecer los ruiseñores, los jilgueros, pinzones, alondras y currucas sacaron sus soñolientas cabecitas de debajo del ala, sacudiéronse el rocío que cubría sus plumas y empezaron suavemente a gorjear: -¡Despunta el día, despunta el día, despunta el día…!
Y la tierra entera despertaba, llena de sonrisas, jocunda y radiante, porque no le habían quitado el Canto ni la Felicidad.

FIN


Paya Frank .- Historia Moderna de Israel

                                            Historia moderna de Israel  2012


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Paya Frank .- La Nostalgia del Pasado

                                             La Nostalgia del Pasado


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miércoles, 5 de octubre de 2016

La Amistad por Paya Frank

                     La amistad



La amistad es quizá la principal forma de relación humana.
La literatura ha explorado sus diversas posibilidades y
manifestaciones,como amistad que nace de una afinidad o la
que surge a partir de una serie de experiencias comunes.
Aunque la amistad es casi siempre vehículo de cualidades
positivas, también puede encubrir aspectos más turbios de la
naturaleza humana, como.:

* el egoísmo
* la hipocresía
* el interés
* incluso la traición.


1. El inicio de la amistad


Aquellas obras literarias que desarrollan una relación de amistad
suelen reconstruir el momento y las circunstancias en que se entabla
esa relación, así como el proceso que lleva consolidarla.


En el caso de Bouvard y Pécuchet, de Gustave Flaubert, es la afinidad de caracteres y la sintonia lo que hace lo que hace
que los protagonistas se sientan identificados el uno con el
otro al poco de conocerse e inicien así una amistad que recorrerá
toda la novela.

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Bouvard y Pécuchet (Fabula (tusquets))


2. El compañerismo


Un tipo especial de amistad es aquel que nace entre dos personas
que comparten unas mismas vivencias,a veces complejas o duras,
que crean lazos de solidaridad, de compañerismo o de camaradería.

En Capitanes intrépidos, de Rudyard Kipling, narra la historia de
Harvey, un niño de clase alta que cae al mar desde un navío y es
recogido por un barco de pescadores. Allí pasará varios meses
aprendiendo navegación y pesca;pronto nace nace en él una simpatía
hacia Dan, otro grumete, que le ayuda a adaptarse a su nueva vida.


Este libro esta en Amazon


Capitanes Intrépidos (Clásicos - Clásicos A Medida)



3. El sacrificio por amistad


La generosidad y el altruismo son rasgos frecuentes en las buenas
amistades, cuando las personas desean ayudar y apoyar a los amigos
sin esperar nada a cambio,simplemente por afecto.


En Grandes momentos de la humanidad, de Stefan Zweig,esta generosidad llega al limite.El autor recrea una expedición real al
polo sur, que encabezó el explorador Robert F.Scott a principios
del siglo XX. En el curso de esa expedición,el capitán Oates sacrifica su vida para intentar salvar la de sus compañeros.



* Este libro estará en Internet en foros de intercambio de Libros




4. La falsa amistad

La amistad,además de ser fuente de afecto, generosidad y otros nobles sentimientos, se emplea a veces para satisfacer un interés
propio y egoísta que no tiene en consideración a la persona amiga.

En El amigo fiel, de Oscar Wilde, un molinero dice ser amigo de Hans
un buen chico pero algo inocente.Sin embargo, no existe tal amistad,
ya que el molinero solo busca sacar provecho de su relación con el
muchacho.

Disponible en Amazon



El amigo fiel: (low cost). Edición limitada



2010 por Paya Frank




















































jueves, 30 de mayo de 2013

¿Cómo se organiza una biblioteca?


Introducción

¿Sabías que una biblioteca tiene departamentos como los de una empresa?
¿Qué tan importante es la organización?
Cuando hablamos de organización, nos referimos aun tema bastante amplio, pero hay cosas a las que se les toma más en cuenta que a otras, por ejemplo, la organización de una biblioteca; si analizamos todos los libros que existen, nos damos cuenta que el 1% esta destinado a hablar sobre las bibliotecas, y el otro 99% a distintos tipos de organización diferente.
Al investigar entorno a las bibliotecas, nos damos cuenta que están decayendo, ya que le toca competir contra un contrincante muy poderoso EL INTERNET, que este es el principal problema para que las bibliotecas estén en la peor época de escasez de lectores.
En este trabajo, incluyo cómo es que se organiza una biblioteca, desde los principales departamentos, hasta como debe estar ambientada, para que atraiga a los posibles lectores.




Índice

Introducción...................................................................................................
Índice……………………………………………………...
Breve historia de la Biblioteca............................................................
Planeamiento y Mobiliario de la Biblioteca.................................
Características Importantes de la Biblioteca.............................
Tipos de Bibliotecas.................................................................................
Funciones de los diversos departamentos de una biblioteca ………………………………………………...
El catalogo………………………………………...................
El empleo de la técnica moderna en la biblioteca………
Bibliografía ……………………………………………….
Conclusiones…………………………………………….
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¿Cómo se organiza una biblioteca?

Breve historia de la Biblioteca
Egipto y Mesopotámica
Los antecedentes históricos de la biblioteca se encuentran en el más remota antigüedad. Antes de la era cristiana existían bibliotecas en Egipto y Mesopotámica.
En ese entonces se hablaba de biblioteca en el estricto sentido de la palabra, ahí se guardaban las tabletas que contenían los conocimientos de la época; el material que se utilizaba para escribir fue cambiado debido a que dichas tabletas se deterioraban con gran facilidad.
Por lo general, las bibliotecas no estaban abiertas al público, sino al uso exclusivo de sacerdotes y gobernantes.
Grecia y Roma
Las bibliotecas estuvieron al servicio  de la comunidad: a ellas tenían acceso principalmente los estudiosos y los eruditos.
Hacia fines de la Edad Antigua apareció el pergamino, el cual reemplazo al papiro.

El siglo XIX  y la actualidad
En la historia de la biblioteca existe una evolución y un retroceso, por esto, una parte de la historia se considera como punto de partida.
Las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, trilogía ideológica de la Revolución Francesa, hicieron que estos tres ideales penetraran en el mundo bibliotecario. Estas ideas ejercieron gran influencia en cuanto al derecho de la lectura y el libre acceso a las fuentes del saber, así es como comenzó a dar servicio a todo tipo de personas. Posteriormente surgieron los conceptos modernos acerca de la biblioteca actual, con su carácter de servicio al público, de uso comunitario, de uso individual y gratuito de libros.
Durante esta época en América se dio un impulso a la biblioteca pública, como consecuencia de los ideales de libertad. En la actualidad, la biblioteca pública está abierta a todas las personas, y el acervo es de tipo personal.

Planeamiento y mobiliario de la Biblioteca
El planeamiento y la distribución del mobiliario de la biblioteca son factores importantes para poder proporcionar al usuario un servicio más eficiente. De la misma manera, la arquitectura, la decoración y el mobiliario son elementos que influyen en forma favorable o desfavorable en el usuario
Las tareas que se llevan acabo en la biblioteca son la de selección, adquisición, organización, conservación, interpretación y puesta en servicio da los materiales del acervo bibliográfico, audiovisual, y de otros tipos.
La biblioteca tradicional estaba compuesta principalmente de salas de lectura y de un acervo con estantería  cerrada. En la actualidad debe satisfacer las necesidades de comunicar la información a los usuarios y ayudar a obtener sus objetivos. La biblioteca deberá ser el centro de la comunidad social, cultural, científica y de investigación para los lectores del área donde se encuentre localizada.
Características importantes de la biblioteca
Para una biblioteca es muy esencial que tenga un ambiente cómodo, para que el lector tenga interés a entrar en esta; las principales características que debe tener una biblioteca son:
&            Una fachada agradable, cuya armonía y belleza invite a entrar, tiene gran importancia para invitar a entrar al posible usuario.
&            Se aconseja que la biblioteca tenga un solo nivel, que tenga grandes ventanales que permita ver el interior desde afuera.
&            Las biblioteca modernas, están rodeadas de jardines que, además de darles belleza, proporciona silencio al evitar que llegue el ruido proveniente de la calle.
&            La buena ventilación.
&            La colocación adecuada de los muebles y enseres contribuye a ofrecer al usuario un excelente servicio; dicha distribución se hace de acuerdo con un plano, y según del tipo de biblioteca de que se trate, ya sea estantería abierta o cerrada. Si es de primer tipo, requiere más espacio, puesto que el usuario debe circular entre los estantes; en cambio, si es cerrada, no es necesario que tenga mucho espacio ya que, el lector no tiene acceso directo con los libros.
&            Al colocar la estantería debe seguir un plan lógico y flexible, a fin de que en el arreglo de sus departamentos o divisiones se de preferencia a los servicios más importantes.
&            La estantería debe estar en un lugar cerca de la sala de lectura.
&            Al planificar el edificio se debe buscar que el funcionamiento de esta sea satisfactorio y que su mantenimiento sea económico, así como tomar las debidas precauciones para evitar incendios, inundaciones, etc.
&            La decoración debe ser sobria y en colores mate suave, no brillante, los pisos y techos deben de ser de un material que absorba el ruido y que se pueda limpiar con facilidad.
&            Es necesario prever salidas de emergencia en la biblioteca, y también áreas de fácil acceso y circulación en el arreglo de muebles y estantería.

Tipos de Biblioteca
Pueden clasificarse de acuerdo con los objetivos que persiguen y el tipo de usuarios que a ellas concurren. Hay cuatro tipos: la publica, la académica o escolar, la infantil y la especializada, y a cada una de estas les corresponden un tipo de usuario y acervo diferente.
2   La biblioteca pública.  Está al servicio de todas las personas, sin distinción de edad, raza, credo o posición social, y proporciona un servicio gratuito. Los servicios esenciales son el préstamo de libros dentro de la biblioteca y a domicilio, y el servicio de consulta.  Este último además de resolver los problemas del usuario en cuanto a información, puede contribuir a mejorar su nivel intelectual.
2   La biblioteca infantil. Es complemento de la biblioteca pública. Posee un acervo especializado que comprende literatura infantil de tipo instructivo, educativo y recreativo, el cual es adecuado para que los niños acudan a ellas. En esta no hay préstamo a domicilio.
2   La biblioteca académica. Comprende las bibliotecas de las escuelas primarias, secundarias, preparatorias y las universitarias. Su objeto es servir a los alumnos de las instituciones educativas, el fin es ampliar sus conocimientos sobre las áreas que abarcan los programas educativos y de investigación de dichos establecimientos docentes.. Las bibliotecas universitarias, deben contar con un acervo completo, especializado y actualizado. Los servicios que proporcionan son: préstamo a domicilio, consulta, reprografía y la facilidad de libros en reserva para uso determinado de un grupo de alumnos y profesores, es las diversas áreas.
2   La biblioteca especializada. Esta supera a la de los otros tipos, en cuanto a acervos  y servicios. Los acervos contienen material especializado en los temas que son de su competencia; cuenta con: libros, publicaciones periódicas, folletos, informes sobre los diversos tipos de investigación que se llevan a cabo en laboratorios, colegios, etc. Estas bibliotecas se especializan en servir a instituciones bancarias y comerciales, laboratorios químicos, clínicas y hospitales, escuelas, empresas y a la industria en general. Esta se origino después de la Primera Guerra mundial.
A continuación se muestra un cuadro que contiene datos importantes sobre los usuarios que asisten a las bibliotecas.



Tipo de Biblioteca
Ocupación
Nivel Académico
Asistencias
Edad
Bibliotecas Públicas
Estudiantes
Profesionistas
Obreros
Empleados
Profesores
Amas de casa
Otros
Bajo
Medio
Superior
Frecuente
Esporádica
Niños
Adolescentes
Adultos
Bibliotecas Infantiles
Niños escolares
Pre escolares
Hasta 12 o 13 años

Frecuente
Esporádica
Niños
Bibliotecas Académicas
Estudiantes
Primaria
Secundaria
Universitarios
Investigadores
Profesionales
Medio
Superior
Frecuente
Adolescentes
Adultos
Bibliotecas Especializadas
Investigadores
Profesionistas
Superior
Frecuente
Adultos

Para poder tener libre acceso a libros, es necesario llenar una solicitud de este, cuando es una biblioteca cerrada, a continuación se muestran diferentes tipos de papeletas que se deben llenar para el préstamo del libro.
Funciones de los diversos departamentos de la biblioteca
Para cumplir el objetivo, de informar, educar y recrear, la biblioteca como cualquier empresa se divide en departamentos con funciones diferentes, como lo son: administración, organización, dirección, servicios técnicos, consulta, prestamos dentro y fuera de la biblioteca, libros en reserva, sección de reprografía y sección audiovisual.
Administración:
Es la tarea del director, el es quien se encarga de organizar y gobernar la biblioteca en todo lo que se refiere a las actividades que se llevan a cabo dentro de la misma; elabora los programas de adquisición de material de lectura; redacta los reglamentos que rigen el préstamo a domicilio y dentro de la biblioteca; establece las condiciones para el registro  de lectores, y supervisa y selecciona al personal profesional, subprofesional y de servicio. Él es la máxima autoridad.
Servicios Técnicos:
Se encarga de la selección y adquisición del material bibliográfico, además de la preparación del libro para ponerlo en circulación.
Contabilidad
Los trámites de facturas, pedidos, reclamaciones, etc.. son controlados por medio del departamento de contabilidad y la secretaría.
Prestamos
En este se hace el registro de los lectores, quienes  deberán presentar su solicitud para obtener su credencial que les da derecho a sacar libros de la biblioteca en calidad de préstamo.
Consulta
Este departamento debe estar a cargo de un bibliotecólogo profesional. La consulta se hace personalmente, pero puede hacerse por telefono o por carta.
Reprografía o copiado
Este departamento brinda el servicio de copiado a los usuarios.

El catálogo
Funciones del catalogo diccionario:
1.  Indica los nombres de los autores, coautores, editores, traductores, comentaristas, prologuistas e ilustradores de los libros de la biblioteca.
2.  Da a conocer los nombres de las sociedades, instituciones, secretarías y subsecretarías de estado y de todos los entes corporativos de cuyas publicaciones se dispongan en la biblioteca.
3.  Indica los libros pertenecientes a una determinada serie incluida en la biblioteca.
4.  Reúne en un solo lugar del  catálogo todas las obras de cada autor.
Clasificación:
Existen varios tipos de clasificaciones, pero las más usadas son las clasificaciones llamadas decimales, que son la de Melvil Dewey. Se emplea al termino decimal porque su clasificación se basa en los números del 0 al 9, esta es de la siguiente manera:
000     Obras generales
100     Filosofía
200     Religión
300                   Ciencias Sociales
400                   Filología
500                   Ciencias puras
600                   Ciencias aplicadas
700                   Bellas artes
800                   Literatura
900                   Historia



EL EMPLEO DE LA TECNOLOGÍA MODERNA EN LA BIBLIOTECA
Se emplean sistemas de computadoras con consolas conectadas a un modulo central. En estos bancos se reúne información actualizada en forma exhaustiva y constante por medio de memorias periféricas de computadoras, para poder proporcionar toda la información necesaria y dar a conocer ampliamente un tema u objetivo.
Este sistema se emplea para proporcionar datos estadísticos de otro tipo a instituciones bancarias, policíacas, gubernamentales y educativas, a compañías áreas y de seguros.
Además de facilitar la búsqueda en una biblioteca, es e gran utilidad para reducir espacios.





Bibliografía



ARGUIZÓNIZ, Ma. De la Luz
Guía para una  biblioteca
México,
Ed. Trillas,
ed. 1°, 2003






Conclusión

La organización es un arma fundamental en toda empresa.
Resulta interesante, investigar el tipo de organización que lleva una empresa, desde sus antecedentes, hasta como se conforman y las funciones de cada departamento, es por eso que este trabajo, me dedique a investigar la forma en que se lleva a cabo un buen funcionamiento de una biblioteca.
Me di cuanta que con el trabajo en equipo se logra sacar adelante el trabajo y además que no es nada sencilla tener a cargo una biblioteca, ya que para mantener esta en un buen estado y funcionamiento, se debe tener una excelente organización y planificación de esta, ya que sin estos elementos clave de una biblioteca, el pequeño numero de lectores que asisten a estas, se convertiría en un micro numero de lectores.


2000 por Paya Frank
payafrank@byu.edu